Dicho esto, es conveniente que sepamos quiénes son los niños de San Ildefonso.
El Colegio
de San Ildefonso es la Institución dedicada a la infancia más
antigua de Madrid con
más de 400 años de existencia. Sus orígenes datan de 1543, año en que Carlos V concedió una Real Cédula que
dotaba al Colegio de los bienes precisos para atender a sus fines. Las primeras
Ordenanzas del Colegio que hoy existen son de 1600 y las hizo el escribano Francisco de Monzón. Su
actividad tanto interna (acogida, educación y colocación de madrileños
huérfanos) como externa (celebran liturgias, fiestas públicas y lotería) ha
sido siempre muy intensa. Este colegio ubicado primitivamente en el número
3 de la Carrera de San Francisco fue trasladado en 1884 a la calle
Alfonso VI a unas casas que habían sido del marqués de Benalúa, pues su antigua
ubicación se había quedado pequeña al ir creciendo el número de niños que
dependían de esta institución. En 1988 se produjo la
renovación del edificio y se dotó a la institución de nuevo personal y medios
más actuales para renovar los fines para los que fue creada en el siglo XV y
entre los que están corregir las desigualdades sociales, subvenir a la
educación y la formación de los más jóvenes. El Colegio es cofrade corporativo de la Real Cofradía
de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso.
Los niños de San Ildefonso son muy
populares en España dado que llevan más de tres siglos cantando los
números de la Lotería Nacional, siendo el primer sorteo
en el que toman parte como extractores el 9 de marzo de 1771. Desde entonces,
para actuar en los sorteos de la Lotería, se selecciona a aquellos alumnos que
tienen buen timbre de voz y pronunciación clara, a los que se ejercita para la
fácil y rápida lectura de los números y se les adiestra en el manejo de las
bolas de los sorteos mediante ensayos continuos con material que la Lotería
Nacional tiene a disposición del colegio.
Solo queda que nos toque y es por ello que quienes más cerca se encuentran de la fe, aquellos que abrazan la doctrina de la Iglesia Católica y en su seno reconfortan su alma y muestran a los demás el camino de la salvación eterna, nos encomienden a San Ildefonso.
Aquí va una pintura que se custodia en la catedral de Toledo, donde este santo fue obispo.
Ya en un plano más profano y como premio a vuestro esfuerzo de entrar en el blog y leer el texto (que para la mayoría de vosotros es bastante porque no colaborais ni de broma), adjunto un selfie tabernario hecho con el nuevo artefacto de Ada.
No sé vosotros, pero yo ya tengo destino si nos toca. Por supuesto, antes me pasaré por la taberna.
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