martes, 27 de enero de 2015

Enero sin cuesta



Ausencias e incorporaciones se sucedieron en la comida de enero. Bajo la organización de Vicente y las negociaciones de la Unidad de Intervención Rápida (FIU en sus siglas en inglés) del G8, el encuentro se desarrolló en la Taberna Casa El Viejo, antigua La Galga, en la calle San Basilio. Dispone de página en Facebook e incluye una foto de los asistentes a esta cita. Pepe Pérez y José Manuel Muñoz (que repite)nos acompañaron en esta ocasión.
El menú estuvo compuesto de ensaladilla de bogavante, revuelto de boletus y judiones con perdiz. Los dos primeros platos son especialidad de la casa; bastante más logrado el segundo. El guiso de perdiz (Alectoris rufa) estaba enriquecido con tocino entreverado y rabo de cerdo.

De un tiempo a esta parte, un sector del G8 viene reivindicando puntuar estas comidas y evaluar de esta forma la calidad de los productos, el punto, los sabores, la creatividad, la regularidad y la relación calidad/precio. Además habría que añadir el nivel de profesionalidad del personal, la limpieza, el mantenimiento y la decoración. Como Michelin.


Aunque la impresión de los comensales fue de sobresaliente, conviene no perder el sentido crítico para poder mejorar los menús en posteriores ocasiones. Por ello propongo que se establezca un sistema de puntuación sencillo (del 1 al 5) y para ello he elaborado este cuadro. A ver si de esta forma os animáis a colaborar en el blog. Esta tabla podemos variarla con otros conceptos. Quién sabe si dentro de unos años no es un referente de la gastronomía local.



Calidad de los productos


Presentación


Servicio


Originalidad


Confort


Limpieza


Total



El material gráfico es más abundante que otras ocasiones e incluso se grabó un vídeo para felicitar a César en su cumpleaños.


Este es el revuelto de boletus. Un crítico pedante habría dicho que
 el plato tiene un problema
 de arquitectura. Como para avisar en Urbanismo.

Si Julio Iglesias lo dice, nosotros también. Somos los mejores ...y lo sabes.


















Dios mío, qué lote de comer, parece que digo.
 Pero, no. Es que tengo que ir a la pelu.
Plataco de judiones con perdiz. Hubo quien no pudo con él.

Si hubiera llegado a comandante le vendría estupendo
 este gesto de "hasta la victoria siempre", mihelmano,
 aunque no comulgue con la Revolución.





Animada conversación en el Ala Oeste. 
Acostumbrado a la comida de la residencia, Vicente
 se sorprende ante el diseño de un plato.

En las fotos de abajo, normas de higiene del
 establecimiento; vista parcial de los comensales con la Brigada del Loden (Álvaro y Pepe)
  en primer plano, y
 el organizador se dirige
                       a los asistentes para felicitar a la cocinera.      
             




Esto sí que es fuerte. Después de la comida fuimos a tomarnos el cacharro de rigor y pedimos unos gin tonic.
 Observese la copa de mueble bar que nos colocaron al capitán y a mí. Hacía años que no veía esos colorines.


Esto es lo que dio de sí la comida. En breve subiré un informe de unos de los artefactos más diabólicos inventados por la humanidad. Como siempre os animo a participar en el blog del G8.

1 comentario:

  1. Sí señor, buena cita la de enero. Os fue genial con mi ausencia (aunque plenamente justificada): tendré que plantearme más en el futuro, no se vaya a ser que tenga gafe. Magnífica idea la de convertirnos en lobby de opinión gastronómica. gran crónica para un gran encuentro. Esperaremos la cita de D. Carnal.

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